miércoles, 22 de junio de 2016

Detrás de las máscaras

Hay personas que demandan una atención constante y desean ser el centro del espectáculo pero no lo demuestran de una forma directa, sino que asumen técnicas manipuladoras muy sutiles. Normalmente el rol de enfermos o de personas sufridas. Desde estas actitudes aparentemente desinteresadas y lastimosas el manipulador va creando su tela de araña donde caen todas las personas de buen corazón; "habría que tener muy malos sentimientos" para no sucumbir ante los reclamos (Encubiertos), de una "pobre persona enferma que ha tenido tan mala suerte en su vida".

La mayoría de los comportamientos se muestran porque existen personas que los aceptan o toleran. Así, muchas veces nos convertimos en cómplices de la manipulación porque no sabemos cómo detectar o enfrentar a un manipulador.

Características de una persona manipuladora

1- Culpa a los demás en nombre del vínculo familiar, de la amistad, del amor, de la conciencia profesional, etc...

2- Traslada su responsabilidad a los demás o se desentiende de sus propias responsabilidades.

3- No comunica claramente sus demandas, necesidades, sentimientos y opiniones.

4- Responde muy a menudo de forma confusa.

5- Cambia de opinión, de comportamiento y de sentimientos según las personas o las situaciones.

6- Invoca razones lógicas para enmascarar sus demandas.

7- Hace creer a los demás que tienen que ser perfectos, que no deben cambiar nunca de opinión, que deben saberlo todo y responder inmediatamente a las demandas y preguntas.

8- Pone en duda las cualidades, la competencia y la personalidad de los demás; critica sin parecer que lo hace, desvaloriza y juzga.

9- Hace transmitir sus mensajes a otros o los comunica de forma indirecta (por teléfono en lugar de cara a cara, dejando notas escritas).

10- Siembra cizaña y suscita sospechas, divide para reinar mejor y puede provocar la ruptura de una pareja.

11- Sabe hacerse la víctima para que se le compadezca (enfermedad exagerada, entorno "dificil", sobrecarga de trabajo, entre otros).

12- Hace caso omiso de las demandas (aún cuando dice ocuparse de ellas)

13- Utiliza los principios morales de los demás para satisfacer sus necesidades (nociones de humanidad, caridad, racismo, "buena" o "mala" madre, entre otros)

14- Amenaza de forma encubierta o hace un chantaje abierto.

15- Cambia radicalmente de tema en el transcurso de una conversación.

16- Elude o rehuye las entrevistas y las reuniones.

17- Cuenta con la ignorancia de los demás y hace creer en su superioridad.

18- Miente.

19- Falsea los hechos para averiguar la verdad, deforma e interpreta.

20- Es egocéntrico.

21- Puede ser celoso aunque se trate de un pariente o un cónyuge.

22- No soporta la crítica y niega la evidencia.

23- No tiene en cuenta los derechos, las necesidades y los deseos de los demás.

24- Espera frecuentemente hasta el último momento para pedir, ordenar o hacer actuar a los demás.

25- Su discurso parece lógico o coherente, cuando sus actitudes, sus actos o su forma de vivir responden al esquema opuesto.

26- Utiliza halagos para gustarnos, nos hace regalos o tiene muchas atenciones con nosotros.

27- Produce un estado de malestar o una sensación de falta de libertad (trampa).

28- Es absolutamente eficaz para lograr sus propios fines, pero a costa de los demás.

29- Nos induce a hacer cosas que probablemente no haríamos por voluntad propia.

30- Es constantemente objeto de conversación entre personas que lo conocen, aunque no se encuentre presente.


Perfil psicológico del manipulador

Un manipulador es alguien que irrumpe en la realidad de otra persona tratando de imponer su propia visión de vida y pretendiendo determinar lo que dichas personas deben percibir, sentir y hacer. Se valen del vínculo afectivo para la satisfacción de las propias necesidades sin tener en cuenta las de los otros.

La manipulación comienza muchas veces de manera sutil, gradual, casi imperceptible, en la que el manipulador intenta imponer su deseo. Cuando este estilo resulta insuficiente recurren a la manipulación, la culpa, la vergüenza y el miedo como principales instrumentos para la dominación. El silencio, la distorsión o la negación de una comunicación directa son, quizás, los instrumentos de aniquilación más y mejor cultivados por los manipuladores.

El manipulador utiliza como herramienta fundamental la agresión. Desde la agresión psicológica sutil que va destruyendo paulatinamente la autoestima de su víctima hasta la amenaza de abandono o el chantaje emocional que consiste en provocar sentimientos de culpa. Todos conocemos la frase: "Después de todo lo que yo hice por ti ahora me estás pagando de esta manera." Pero el chantaje llega hasta tal punto que el manipulador hace creer a su víctima que tiene merecido su sufrimiento, por su incapacidad, falta de méritos o simplemente porque no está a la altura del manipulador. Todos tuvimos oportunidad de ver cómo les encanta dejar públicamente en ridículo a sus familiares, resaltando supuestas carencias que en la mayoría de los casos no existen. Frustrándolas cuando intentan hacer algo que ellos envidian.